el estadío oscuro

hay un episodio paradigmático. Es la gota que cristaliza este ensayo y que vengo rumiando en mi interior y se viene rumiando en los interiores de varios de mis congéneres ensayadores. Seguimos quizá con la universalidad de estos planteos (un barato existencialismo y su universalidad?, jamón). Es la historia de la hermana de un gran amigo. Bien, más allá de todas las coincidencias y apariencia de mansa mentira que esto se carga, así ha dado en ser. La hermana del Bruno es la protagonista. Más adelante habrá tiempo para ensayar sobre él y con él, no se preocupen. Ese es otro personajajazo. Ahora es el turno de su hermana mayor, una tipa artista de los mil demonios. Para que se la figuren me hace acordar mucho a la chabona de Eterno resplandor de una mente sin recuerdos.

Es una loca que empezó la carrera de artes plásticas y poco antes de terminarla, no la terminó.

Tuvo una época oscura en la que trabajó de oficinista-secretaria en un centro de llamados de clientes. Ella era la que se encargaba de recibir y lidiar con la parte de las quejas. Así, los que querían quejarse tenían a su disposición un numerito de teléfono. Del otro lado estaba ella y su oreja. Imagínense las palabras gimoteadas como papel tapiz del cerebro. Guau, te la encargo. Allí estuvo un tiempo largo, había nacido el Valentino y su novio, un loco muy enroscado se había piantao. Eran un montón en la casa: el Valen y sus tíos y abuelos. Entonces los viejos-abuelos se abrieron y se fueron a otra casa. Se quedó con ella el Bruno. La monotonía de los días para esta muchacha se hizo presente para no irse por un tiempo de meses. Meses. Meses. Meses. Meses de llegar y darle un par de patadones a un faso para que la realidad no lastimase tanto. Hasta que llegó un día. Los cojones al volante.

Largó el laburo y se arrojó de lleno a su arte. Se la jugó. Se jugó todas las fichas y empezó a pintar de vuelta, a armar algunos artilugios increibles y a "ensayar" su arte en 3 dimensiones, pero siempre pintando. Está en carrera. Comenzó la carrera. Todavía se escucha el eco del disparo de salida.

Ella ha venido a ser la última gota que derramó este ensayo.
Pero lo he venido massticando...: muchos de los grandes cabezones dispararon su carrera a partir de un hecho "trágico" podríamos llamarle. De un hecho fuerte, groso, trascendente. Cuánto de hay de verdad en esto? Y la pregunta que brota y que significa imprentas mayúsculas: es necesario pasar por tal estadío oscuro o que ocurra algo que cambie las cosas y en el tablero las piezas resulten punzantes y el hartazgo y el hastío, para de pronto decir basta y encauzar de un golpe en seco la vida??

Son estos acontecimientos los que producen de repente que la "doble voluntad" (enunciada por mimiliano en su primera alocución) se vea sacudida y por fin se tome el toro por las astas??

Es así creo. Hay un hito. Hay un punto, que si bien es el eclecticismo puro, es esta gota de la que hablamos que termina por cristalizar y cambiar rumbos. Ahora bien, es necesario el estadío oscuro??


Cabe preguntarse entonces: cuáles son las bisagras de los grandes personajes de la historia. De un Einstein, de un Freud, de un Girondo, de un Scafati, se me ocurre. Tal vez fueron otras las causas y este ensayo se desvanece como por un refresco de pantalla (un F5 y el about:blank)


Voy a dejar el ensayo trunco y con más preguntas que respuestas. Esto es porque no encuentro más "verdades" y porque quiero que ensayen al compás. Vamos mis pequebuse y queridos lumpens! (los proletarios de sudor probablemente no lleguen hasta aquí. Probablemente su día de franco -si es que tienen- sea mejor aprovechado. Mientras tanto nosotros, que disponemos del tiempo, habremos de estar aquí y en otros tantos lugares ociosos. Esperemos que esta prerrogativa sirva para algo o más bien hagamos que sirva para algo! Amague de cierre de telón y un pedo del iluminista.